martes, 17 de abril de 2007

Un tráfico muy congestionado

Con el pasar de los años he podido apreciar cómo grandes empresas se han ido desarrollando y creciendo de manera efectiva gracias a que se han sabido encauzar en el camino de la tecnología, que no para de avanzar, y la globalización que mantiene a todos los países del planeta entrelazados. Por otro lado, también he visto cómo otras firmas no han sabido mantenerse en pie ante los tantos tumbos que da el mundo y su modernización. Lo impresionante de esto es que existe un negocio, sucio, que ha existido oculto durante siglos y éste sí ha sabido darse paso hasta encontrar refugio dentro de la tecnología y la globalización, sin ser, siquiera, una firma legal: el narcotráfico.

La palabra narcotráfico se refiere generalmente al comercio ilegal de narcóticos o drogas de uso recreativo, y es una de las actividades más lucrativas en el mundo. Si queremos hablar de un negocio cien por ciento rentable, de ganancias hasta multimillonarias y con sucursales en todas partes del mundo, el narcotráfico es el mejor ejemplo, sólo que es ilegal y que su fin último es arruinar la vida de jóvenes, adultos, niños, familias y, hasta la de toda una sociedad. Realmente, me sorprende la cantidad de personas que son arrestadas diariamente alrededor del mundo por estar involucradas a este tipo de negocios. Pero más me sorprende la cantidad de éstos que no han sido descubiertos, que transitan por las calles como cualquier persona normal, honrada y digna de respeto, pero cargando cocaína en su bolso, maletín, o en su estómago.
Cuando me pongo a analizarlo me pregunto: ¿cuántas veces habré estado al lado de una de esas personas?, quizás hasta intercambiamos algunas palabras, o peor aún: ¿qué tal si es un conocido mío que está relacionado a ese tipo de “business”? Es repugnante el sólo hecho de pensarlo.

Ahora bien, particularmente, soy de los que opinan que antes juzgar la acción de otro tendría que vivir su situación para saber si lo haría. Jamás me involucraría en ese tipo de cosas sucias y deshonestas. Claro, tengo muy firme mis principios cristianos, a parte de que ahora mismo puedo asegurar la salud, el bienestar y la paz de toda mi familia y de las personas que me importan, pero en otro contexto de mi vida no sé si pensaría lo mismo y mucho menos con tanta seguridad. Por eso es que también opino que no todos los que participan en este trabajo son villanos. Los que lo hacen por necesidad son títeres ignorantes que piensan no tener más nada que perder. Los villanos son esos grandes empresarios que encabezan estos tipos de negocios sucios y de quienes jamás se sospecharía por ser gente de renombre.

En República Dominicana, los casos de narcotráficos nunca han cesado. Es común escuchar el noticiario o abrir el periódico y hallar una o dos noticias sobre alguna captura de narcos. Lo preocupante es que estamos siendo utilizados como trampolín para llevar esta mercancía a los Estados Unidos, por lo que las posibilidades de que cada vez se incremente más la cantidad de dominicanos vinculados a esto son mayores. Y de ser así nuestra amada Quisqueya cargará con una sociedad más podrida e incluso se verá afectada seriamente en sus relaciones con el extranjero, lo que podría implicar, en gran escala, un desequilibrio económico y un camino seguro hacia la crisis del país.

Nuestra posición como dominicanos decentes y con mentalidad progresista debe ser de “mano dura” en contra del narcotráfico y siempre optimistas. Por supuesto, inculcar valores y principios a nuestros niños siempre será un arma segura en la lucha contra este tráfico tan congestionado. La República Dominicana tiene todo un camino por delante y de nosotros depende qué tan lejos lleguemos. No es cuestión de si está el morado, el rojo o el blanco (aunque obviamente influye bastante); la mayor responsabilidad la tenemos nosotros como ciudadanos.

En fin, sabemos que siempre habrá cosas que se nos escapen de las manos, pero siempre y cuando hagamos hasta donde podamos, y lo demás lo dejemos en manos de Dios, viviremos de forma digna, que, al fin y al cabo, es lo que realmente importa. ¿O no?

1 comentario:

Sabiduria dijo...

Totalmente de acuerdo contigo....de verdad tienes principios...