martes, 27 de marzo de 2007

Y caminamos por la vida...

Y como todo lo que sube tiene que bajar, todo lo que empieza también debe terminar. He ahí el asunto: ¿Cómo bajar o cómo terminar algo? Si nos hicieramos esta pregunta en cada situación de nuestras vidas las desilusiones serían menos. Claro, esto sólo aplica en aquellas cosas que iniciamos por nuestra propia voluntad. Hay otras cosas que la vida nos trae sin consultarnos y para estos casos la pregunta sería ¿cómo quiero estar cuando acabe esto?

Desafortunadamente el ser humano es vulnerable e indefenso ante muchos escenarios de la vida. No es cuestión de que yo soy bueno o soy malo, nadie está exento de ellos.

Por ejemplo, el domingo estuve en la Caminata por la Vida. Fue una experiencia fabulosa. El simple hecho de estar en un lugar rodeado de miles de personas que tienen un mismo sentir y que se unen por una causa como ésta es una emoción. La algarabia, el ánimo, la esperanza, las risas, la confraternidad, la amabilidad, la dominicanidad, y lo más importante que vi en ese lugar, la fe que tenía esa multitud en que sí se puede ¡wao!... fue algo que me cautivó de ese evento. Y es cierto, sí se puede, pero no porque seamos o tengamos algo con qué hacer posible las cosas que parecen imposibles, sino porque tenemos un Dios experto en hacer posible lo imposible, el cual se conmueve al ver un pueblo unido buscando ser bendecido.

Es muy importante tener esto en cuenta, nunca olvidarnos de porqué sí podemos. Cuando nos olvidamos de esto entonces nos hinchamos con nuestro orgullo, el primer paso para pasar de Querubín a un simple y pobre diablo.

Todo iba espectacular, la ubicación de cada cosa en aquel lugar y la logística del evento había sido un éxito. Pero nadie contaba con que en una actividad tan pomposa y rimbombante (en la cual se había invertido tanto dinero en ambientación, artistas, seguiridad y asistencia médica) una torre publicitaria "decidiera caer" y apagar la vida de un pequeño que, paradójicamente, había decidido ir a caminar por ella.

Francis Enrique Cabral Roselló, de 11 años, no soportó el peso de esa carga que cayó sobre él. Así como muchas veces nos sucede a nosotros con otros tipos de cargas, no necesariamente físicas. A veces nuestras cargas se convierten en grandes torres que "deciden caernos" encima cuando menos lo pensamos.

De ahí la importancia de entender lo indefensos que somos ante tales situaciones y reconocer que por nuestras propias fuerzas no podemos. Es necesario aceptar de forma humilde la ayuda de ese ser superior que nos creó y que tanto nos ama.

Francis soñaba con Hollywood. ¿Tú con qué sueñas? ¿En quién confías para alcanzar ese sueño? ¿Sólo en ti? ¿En tus relaciones y contactos?

Por mi parte, le pido a Dios consuelo para esa familia en estos momentos tan difíciles. Que ese dinero recaudado en la caminata sea útil para combatir el cáncer de esas tantas mujeres y niños afectados. Y que a nosotros nos enseñe a caminar verdaderamente por la vida, durante toda la vida.

"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida..." Juan 14:6



2 comentarios:

Judith Rodríguez dijo...

Ivan:

Te felicito por tener un blog sin muchas pretensiones, simple y llano, más con la necesidad constante de expresar de la forma más honesta y compresible posible. En realidad, lo que nos motiva a seguir caminando en la vida es una fuerza gigantesca, rica, blanca y pura, que para el que lo cree así, te empuja, aunque tu ser no lo quiera, a escalar peldaños y lograr cosas, que para cada quien son logros de diferentes índoles. Dios es esa energía contagiosa, que nos impulsa para alcanzar el propósito que cada quien tiene asignado con su vida.
Un besito pa ti Ivan.

sabiduria dijo...

bueno debo retractarme de algo que dije en el comentario anterior.... pense que algunas frases realizadas dentro de parentesis nos pegaban muchos con la sincronia de la historia.. pero luego de seguir leyendo.. son excelentes..... asi que obvia lo que dije...jejjeje