martes, 13 de marzo de 2007

Entrevista a Felipe Polanco "Boruga" (Abril 2006)

Boruga: detrás del humor, un hombre de honor

“Mi trabajo se trata de un constante relajo; mi familia no es un relajo, es algo sagrado”.

Por Iván Alcántara

El ser humano precisa, en medio de todas sus actividades rutinarias, recrearse: practicar algún deporte, pasear, socializar, divertirse y, sobre todo, reírse. La comedia es una de las formas más fáciles y asequibles que todos tenemos para reír, ya sea en películas, revistas cómicas, programas de radio o de televisión, teatro o en canciones.

El humor es un don. Es una gracia especial que se evidencia por encima de la personalidad de quien la porta, como es el caso de Felipe Polanco, o mejor dicho, Boruga. Este astro de la comedia dominicana sigue siendo uno de los principales métodos contra el estrés y el aburrimiento. Pero, ¿qué hay detrás de ese fabuloso personaje? ¿Cómo es su vida social y familiar? ¿Qué creencias tiene?

Sin duda, al sostener una conversación con don Felipe, sorprenderse es inevitable. No creo que sería correcto citar la frase: “las apariencias engañan”. En este caso, más bien usaría: “trabajo es trabajo”.

¿De dónde sale el nombre de “Boruga”?
Boruga es un personaje que hice hace muchos años, casi al principio de mi carrera. Al público le gustó tanto que se les olvidó mi nombre, y por ése era que me reconocían.

¿Qué tiempo lleva ejerciendo la comedia como profesión?
Llevo 31 años viviendo de ella, pero toda mi vida viviendo con ella.

¿Por qué escogió el humor como fuente de supervivencia? ¿Siempre fue su pasión o alguna circunstancia lo llevó a tomar esa decisión?
Siempre me gustó hacer reír a los demás y vi que siempre lo conseguía. Cambié la carrera de arquitectura por la comedia. Me gustaban los cuentos, así que fui estudiando y perfeccionando esa vocación con la práctica.

Aparte de hacer comedia, ¿se dedica a algo más?
También produzco programas de radio y de televisión. Escribo libretos, soy compositor y cantante.

¿Alguna vez le tuvo miedo a fracasar en su carrera de humorista?
Todo el mundo le tiene miedo al fracaso. Sin embargo, no creo que en mi trayectoria haya habido fracasos; más bien, obstáculos que me ayudaron a esforzarme para superarme.

¿Cómo hace para que su familia distinga a Felipe Polanco, el hombre de la casa, de Boruga, el chistoso actor y comediante?
Mi trabajo se trata de un constante relajo. Mi familia no es un relajo; es algo sagrado. Por lo tanto, mantengo muy distanciado estos dos renglones. La televisión, el cine y la radio son simplemente mi trabajo. No me lo llevo a casa.

¿Qué opina del cine dominicano?
Está en pañales. No se trabaja con la calidad del cine americano. Hace falta recursos y buenos guionistas.

¿Cómo es su relación con sus compañeros de trabajos fuera del escenario, dígase Freddy, Cuquín, Luisito Martín?
Tenemos una relación muy especial, muy buena. Somos casi como hermanos.

¿Qué lo llevó convertirse al cristianismo?
Yo me sentía vacío. Había aspectos de mi vida en los que necesitaba un cambio. Necesitaba un verdadero encuentro con el Señor para que ese vacío pudiera ser llenado y ese encuentro lo experimenté en una iglesia evangélica. Ahora tenemos una verdadera familia. Dios ha llenado este hogar de gozo, paz y armonía.

¿Alguna anécdota o algún comentario gracioso que le hayan hecho sus colegas humoristas por su nueva postura religiosa?
Me dicen el reverendo y el pastor alemán. Cuando le predico a Cuquín, él comienza a cantar: “el Señor es la luz de mi vida…”

¿Tiene algún sueño que aún le falte por cumplir?
Muchísimos, no podría enumerarlos. Pero creo haber alcanzado el más importante, que es tener el amor de mi familia.

Sin entrar en política, ¿qué opina usted del trabajo que realiza el presidente Leonel Fernández?
Prefiero no hacer ningún comentario.

¿Qué opina usted sobre la construcción del metro?
Creo que a fin de cuentas sí va ayudar al transporte.

¿Le interesaría alguna vez incursionar en la política?
¿Yo? No, nunca, jamás. Yo soy un hombre serio.

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